El camino hacia la construcción de una sociedad más justa, igualitaria y compasiva pasa inevitablemente por transformar las formas de organización social basadas en la jerarquía y la dominación, siendo el heteropatriarcado uno de sus principales ejes estructurales.
Para ello, es esencial transformar la subjetividad masculina heteropatriarcal, basada en la creencia de que los hombres y la heterosexualidad tienen supremacía sobre otros géneros y otras orientaciones sexuales y legitimando la fuerza y la violencia para imponer la voluntad masculina a las mujeres y a otras personas con identidades no normativas.